Al lado de mi casa hay una tapia
pared da con pared a un cementerio,
curioso yo introduzco allí mi napia
confiando descubrir algún misterio
pues esa es mi terapia.
Observo con fruicción los movimientos
cuando suelen salir las comadrejas,
solamente percibo los alientos,
el aire que chirriar hace a las rejas
su ruido y aspavientos.
Y aunque atento miro, nunca vi nada,
salvo hojas removidas por el viento,
la sombra de una losa iluminada
ni un grito, ni un sonido, ni un lamento.
de alguna rata osada.
Mas yo a descubrir algo no desisto,
mirando seguiré hasta que muera,
preguntando qué soy yo y por qué existo
a quién pase por allí y que yo viera
que sea algo más listo.
Paso a paso yo voy, tu vas, venimos
sin cierto conocer a dónde vamos
y así seguimos sin parar, seguimos
aunque a veces parece nos cansamos
que un sueño perseguimos.
Mientras unos se van otros más llegan,
van jugando al escondite o al despiste
algunos antes de llegar reniegan
asi es la realidad aunque sea triste,
los árboles nos ciegan.
©donaciano bueno