Periodistas no son, correveidiles,
que en artes de encubrir son marrulleros,
chupatintas libando en los tinteros
agotando el aceite a sus candiles.
Que si a ellos no les vas dan matariles
trocando a lo que es leve en hechos fieros,
farsantes, malandrines pintureros,
cual lagartos, culebras y reptiles.
Que no son de fiar, son botarates,
muy diestros en las bromas y vaciles,
al pesebre y poder siempre sutiles,
prestos ya a recibir sus jaques mates.
Presumidos los hay que, mercachifles,
de sus armas la pólvora han mojado,
no paran de mirar a cada lado
sin saber apuntar sacan sus rifles.
Un tiempo hubo en que los informadores
de la noticia actual eran testigos,
esa higuera se murió y ya no hay higos
ahora son ya no más predicadores.
©donaciano bueno