Preciosa en el pasillo de colores,
Tenue la brisa soleada por tus rendijas;
Mañanera la luna que te adormece.
Oh frívola en las noches de invierno,
Enardecida con el oleaje de los vientos,
La lluvia acaricia tus crisoles.
Blanca y sutil,
El hálito pasa
Entre el mar y la playa;
Al fin tu canto se oye
En las mañanas al ser abierta
Por la tosca mano
De los infantes antiguos.