El amor no nace de un solo corazón,
Es el fuego entrelazado de dos almas en comunión,
Es el viento que estremece cuando es frio,
O cuando llega a enternecer si trae cargas de calor,
Nunca temas al susurro que surge entre dos espíritus,
Cuando estos llegan a encontrarse,
Sostenlo entre tus manos, y que no se te escape,
Que no se deslice a la nada.
Ambos van lentamente caminando a la alcoba,
A un comparten su lecho, mas nunca ya el amor,
El silenciosamente acariciara tu espalda,
Ella, volteara lentamente, dudosa, solo sentirá dolor,
Él ahora está mirando con esos ojos tristes,
Ella sabe lo que esto puede significar,
Y solo hay dos respuestas, que se pone a pensar
Es un mensaje mudo con palabras de dolor,
O acaso él es que no sabe cómo decir adiós,
Y se van a dormir, como todas las noches,
Pensando en el mañana, quizá, ya no lo habrá.
Y será la maldita voz del olvido,
Que con tan ronco y fuerte sonido,
Me desvela y me hunde.
Ese olvido que es el bálsamo,
Donde en un suspiro, cura el mal,
De mi amor por tu ser herido,
De aquel amor que tienes lejano,
Que el ruiseñor aqueja,
Con su trinar y su canto,
No quisiera volver a escucharlo,
Hoy quiero alejarme tanto.