“El Espejo de Pablo”
¿A quién le gusta emprender un camino que no se sabe a dónde va? O ¿Quién se embarcaría en una empresa sin anticipar por lo menos un mínimo de certidumbre en el resultado esperado? Lo más probable es que casi nadie, pues a todos nos gusta la certidumbre de los resultados, a todos nos gusta apostar cuando las probabilidades son favorables.
Más quien no se ha sentido como caminante de media noche para el que la luna oculto su rostro y las estrellas se esconden…o sentirse como un ciego que aun que abre los ojos no puede ver…Como podemos dar prueba de aquello que no podemos comprobar empíricamente o analíticamente. Como explicar aquello que cuando más tratas de explicar más lo enredas y se vuelves más confuso…
Hace un tiempo conocí a un niño que por alguna razón, vivía fascinado con los espejos, le gustaban de todo tamaños y formas, le parecía increíble la capacidad de estos de reflejar las cosas tan fielmente. Un día en la escuela, en la clase de ciencias, la maestra les pidió a los niños que desarrollaran un proyecto de investigación, el tema era libre, pero tenía como condición que deberían investigar de diferentes fuentes de información y desarrollar un proyecto que deberían de presentar en clase. Pues para Pablo no constituyo ningún problema el tema, el lo trabajaría sobre los espejos. Busco diligentemente toda la información concerniente al tema, preparo su proyecto con diligencia… Por aquellos días escucho un sermón, en el cual se hablo de un espejo, lo cual lo dejo perplejo pues no lo comprendió, el asunto en cuestión se refería a la Primera Carta a los Corintios específicamente el capitulo 13 verso 12 que dice:”vemos ahora mediante un espejo confusamente pero pronto lo veremos cara a cara”. Aquello no lo alcanzaba a comprender como podía ver las cosas confusas a través de un espejo, si los espejos reflejan las imágenes fielmente…Como un estudiante aplicado y curioso pregunto a varias personas, pero no encontró una respuesta satisfactoria. Por lo que se fue a la biblioteca para ir a investigar. Encontró que los espejos de la antigüedad no eran como los actuales, en esos tiempos se usaban metales que eran pulidos, principalmente el bronce que pulido debidamente servía como espejo que aunque no reflejaba la imagen tan fielmente era lo mejor que podían usar con ese propósito. Con esta información y la que ya había investigado dio una estupenda presentación sobre los espejos en su escuela.
Mas el niño creció y su fascinación por los espejos cambio por otras cosas y como a todos un día le vinieron de visita el absurdo y sin sentido a su vida, una de esas crisis existenciales de las cuales nadie se escapa, ni es ajeno en este mundo. Esa crisis en las que todo de repente pierde sentido, en la que te preguntas qué razón tiene tu vida, esos días en los que muchos buscan la huida en el abuso de sustancias (alcohol, drogas etc.)O se meten en actividades compulsivas o bien se enredan en relaciones toxicas para sobre llevar el momento…Mas tarde o temprano vuelve a regresar y llegan a sentir un vacio tan inmenso que nada es capaz de llenarlo y llegan a contemplar como única salida la muerte.
Y nos damos cuenta que cuando la música es muda, cuando las palabras se callan, cuando las definiciones no definen, cuando nuestras hipótesis no prueban, cuando nuestras distracciones y escapes no funcionan…Vamos con el alma desgarrada y el desaliento es un fuego que arde un nuestro corazón sin consumirse, hemos tocado fondo y nos empezamos a cuestionar para qué sirve la fe, de que nos sirve creer en un Dios con el que tenemos monólogos interminables y el siempre calla y hasta parece ignorarnos…
Mas cuando quedamos desnudos, al descubierto, sin todas esas muletas en plena obscuridad y silencio la fe se desnuda y se manifiesta su presencia, es una certeza que nace en el corazón, que no la entiende la razón… Cuando Pablo llega a estas profundidades, recordó el espejo de San Pablo, ese espejo hecho de metal pulido y repicaron sus palabras en su oídos “Vemos ahora mediante un espejo, confusamente, pero pronto lo veremos cara a cara…” Y comprendió que aun que no lo ha visto sus huellas están en este mundo.
Oxwell L’bu