Aquí está dios sentado en la marisma
platicando a la gente de la calle
comentando lo que es la vida misma,
costuras, descosidos, con detalle
del hábitat su prisma.
La gente corre igual que lo hace el aire
envuelto en una brizna de la brisa
todo va deslizándose al socaire
del fondo en la tristeza o la sonrisa
del agua y su donaire.
Pasa el tiempo cual si nada pasara
como fluye una luz inexistente,
el brebaje respira espuma clara
dormido respetando el medio ambiente
que la vida soñara.
El silencio hoy aquí ha la palabra,
no sé si esto es real o imaginario,
las horas ya no tiene quien las abra,
las fechas huyeron del calendario
¡Oh cielo, abracadabra!.
©donaciano bueno
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