Cuentan de una niña
llamada Fermina
era muy feliz
al ver cada jazmín
cuando florecía,
allí donde vivía
alegre y gentil.
.
Su mamá le contó
que ella nació
un mes de abril
cuando hubo flores
para repartir,
no eran docenas
ni centenas,
eran más de mil.
.
Por eso Fermina
feliz camina
entre la floresta,
alegre y dispuesta
a verlas brotar,
para así perfumar
su vida completa.
.
Una vez, se cuenta,
que unos rieles de hierro
comenzaron a construir
para un ferrocarril
de pasajeros
que pasaría ligero
por su pueblo,
dejando humo negro
tras su recorrido
y eso había entristecido
a la pequeña Fermina.
.
Rosas y clavelinas,
orquídeas y cayenas
morirían de pena
junto a las azucenas
y a mariposas coloridas
en modo ingrato,
por la cortina ennegrecida
de ese aparato.
.
Entonces Fermina
buscando solución,
en lugar de carbón
propuso flores
como combustión,
para que los alrededores
y los moradores
en su vida dichosa,
en vez de humo negro,
vieran el vuelo
de mil mariposas.
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Autor: Alejandro J. Díaz Valero
Maracaibo, Venezuela