Izandro

Estaciones

Pensé en escribirte una carta

Y decirte en ella que eras mi primavera

Donde las flores y el rocío me durmieran,

Con aromas de tarde bajo el ocaso.

 

Pretendí vanamente, sentir tu lluvia de frío invierno,

Y humedecer con ella mi triste quebranto,

Disipando la niebla de mi lamento

Y del callado quejido de mi llanto.

 

Soñé con dunas ardientes,

Donde dibujaba en sus largas colinas,

Tu hermoso nombre y la silueta de tu vientre;

Soñé con un sol de verano en el desierto,

Y en medio de la nada,

Hallar el oasis, de tus besos, con tus labios entreabiertos.

 

Anduve por jardines casi muertos

Y soñé que recogía sus hojas casi secas,

Y de ellas bebía el tenue rocío,

Para calmar esta sed ya moribunda,

Que me siembra el estío,

Del otoño en letra muerta.

 

Soñé con tu aliento de madrugada,

Y con tus palabras amanecidas cual rocío,

Y de tus manos una caricia enamorada,

Que sin decir nada, me dieran mucho abrigo;

Soñé… que estar siempre contigo,

Es vivir con tiempos casi olvidados,

Donde las estaciones de tu amor,

Me den siempre motivos,

Y las palabras de tu aliento,

Me den siempre un respiro.