Hay una casita
con patio de barro
de vivencias infinitas
allá en mi barrio.
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En esa vieja casa
viví mi niñez
y siento nostalgia
al recordar lo que fue.
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Su cercado era de latas
con un perro bravo
y en el patio las matas
de sabrosos mangos.
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Anclada en el barrio
se quedó mi casita
esperando cada año
mi fugaz visita.
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Ay casita vieja
tus recuerdos conservo
y con ellos se refleja
mi orgullo añejo.
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Autor: Alejandro J. Díaz Valero
Maracaibo, Venezuela