Cuán verdadera es la imagen,
que se percibe con los ojos ciegos
Donde el corazón palpitante se estruja emoción
Por tener de compañía a ser verdadero.
Cuán bella son las palabras
que en acciones se hacen realidad,
Y se goza de pasión de riqueza un nuevo amar.
Aunque el destino traiga consigo una auténtica distancia,
es el fuego travieso que se respira al son del corazón.
Entonces se percibe ternura al sentir en la piel
el gustoso sabor de la comunión.
Que tranquilidad escurre en el alma
si el aura resplandece de ardor
y no hay sombra que lo apague
porque su fuerza va más allá del sol.
Cuán grande es el destino que rompe el hielo
Para dejar en claro al amor verdadero
Y brillan en ello, diamantes en destellos
Que irradian una complicidad y proyección,
De un tesoro incalculable que se desea
De lo profundo del corazón.
Cuan legítimo es reconocer y rendirse
A los pies de un infalible ser
Que sientes que eres más que tú
Porque ya, eres parte de él.