En el mar embravecido de tus cabellos
dejo que mis dedos naveguen salvajes
hasta que se pierdan con tus ojos bellos
buscando tierra firme para el abordaje.
Navego, navego entre sus ondas rubias
disfrutando de lo que aporta el paisaje,
si te pones triste parece que así diluvia,
si te pones contenta hay sol en el oleaje.
Marinero de agua dulce, ya es de salada,
solo con unos sueños y par de equipajes,
viviré esta aventura, de tu alma amada,
como al mas bello de los aprendizajes.
No quiero formular ni una sola parada,
es mi deseo por integrar parte del bagaje,
envejeceré hasta que el corazón sea agua
y tus labios rocas donde rompan mi viaje.