A ti:
Quien engaña vistiéndose de bondad
Bañándose de palabras santas que encierran al mismo diablo
Riéndose a carcajadas en la oscuridad de su cuarto.
Te ha de llegar el momento de que no puedas más dañar
cuando te veas por los años apalead(a),
y se aleje la juventud que crees tener presa en tus manos.
Entonces sabrás que la vida no solo son mentiras
Ni cuentos inventados por nuestras propias ganas de vivirlos,
Ahí sabrás que los días no son dados ni eternos
Y te remorderá la conciencia por haberlos desechado
Haciendo daño de mil formas,
Queriendo tener lo que jamás has merecido,
Y sin haber dado lo bastante que debiste haber podido.
No habrá oración que ningún cielo escuche,
Solo látigos que a tu espalda azoten
Con tus creencias rotas,
cobrándote el monto que tú mismo te pusiste,
no podrás engañar más a nadie con esas tretas que ni tú mismo crees.
Verás los ceros que frente a ti han quedado
Después de restársele a la felicidad que pudiste haber guardado.
No sabes lo amargo que es terminar de este modo
Solo los recuerdos quedan, mientras me voy haciendo polvo
Me arrepiento de no haber vivido plenamente
De no haber amado como me amaron,
De haber exigido lo que nadie por mi quería sentir,
Me arrepiento de haberme creado ese mundo que solo me importaba a mi.
Los demás siguieron su camino, ¿y yo que gané?
De nada vale querer incluir a los que te excluyen,
A esos para quienes no les importas lo mínimo.
Pude haber vivido en realidad, puede haberme rodeado de buenos quereres
Que me quisieran y yo quisiera,
Pero me dediqué a buscar el cariño pasajero
La superficialidad y belleza.
A fin de cuentas así soy:
Un ser despreciable, superficial, al que la vida se le acaba
Dándole un adiós lento, asegurándose de que vuelva a la memoria
Todos los momentos desperdiciados,
Manchados por la mentira, por el deseo y la maldad
Que en los corazones he sembrado.
Aisha