Ayer recordé a Vanessa G.
Hermosa e inteligente alumna
De cabellos claros como los “Rosales”
Sus ojos se cubrían de oscuras lunas
Como para no ver el mundo físico
Aun así siempre estaba alegre
De su rostro irradiaban sueños felices
Aunque a veces podía yo leer tristezas
Que a su inocente corazón no le importaba
Con amor y sueños la oscuridad se desvanece
Su dulce y melodiosa voz me dijo
Aprendí entonces la belleza interior…
La fuerza interior motor de la conciencia
La conciencia colectiva para ponernos de pies
Para exigir al mundo solidaridad y equidad social
No hace falta más… que revelarse ante las injusticias
(Vanessa G. hoy es profesional de la comunicación y luchadora social)