Postrado ante el Pesebre,
donde esta noche fría,
veo que duermes.
Te ofrezco el aliento
de mi mula, para paliar
el frío que tienes.
Postrado, ante el Pesebre,
te ofrezco, esta noche,
este cordero, el más pequeño,
de mi rebaño;
para que con él juegues,
y tu madre, Pastorcillo,
te haga una pelliza.
Postrado, ante el el Pesebre,
traigo, doloridos los hombros,
por el peso de este haz,
de este haz de leña,
que a tus pies encinedo,
Niño del Heno, para que
sea más cálida, esta noche fría.