En el amor he vivido
cuanto ame, cuanto amado fui;
tanto, en fin, he amado.
Tan ingenuo e inmaculado
Siempre igual, siempre eterno,
-Piras de enervado fuego-
Vehemente reflejado el beso.
Tanto miedo ha labrado,
ruborizado se vio el sueño
al proferir tu párpado ese lecho.
Pero, cuando el tiempo llegue,
la lírica callada quede
tanto hemos de hablar,
tanto hemos malvezar.
Cuando, violáceo quede el cielo,
engullirán sus crías las serpientes,
las arañas engendraran su miedo
las estrellas, frías y agonizantes;
Al infierno junto iremos.
-Jesús Alberto Vazquez