Un solitario redoblante
se escuchaba en la lejanía,
eran los marchistas estudiantes
desfilando con gallardía.
Una voz muy grave
ordenaba, mirar al frente
por la bandera azul y blanco
que ondeaba libremente.
Así, viene a mi memoria
aquellos días de escuela,
cuando el pecho henchido
de orgullo y alegría,
celebraba la vida independiente
de la patria mía.
Mi ventana se engalanaba
con guirnaldas de hojas de coco,
tradiciones fervientes
que se van olvidando, poco a poco.
Hoy se llena de algarabía,
con muchos instrumentos musicales
sin gallardos estudiantes, pero…
con melodías y bailes internacionales.
¿Dónde quedó el civismo y
el recuerdo de los héroes nacionales?
Se quedaron…en las cartulinas,
en las poesías y aquellos murales…