Hoy sólo quiero estar solo, muchas veces en estos días no me cabe actuar o hacer nada, me fastidia que me hablen, en especial mi esposa o mis hijos.
Quisiera marcharme sin escuchar nada, sin que me digan nada y, que nadie sepa algo de mi; creo que ya es tiempo de dormir o descansar.
Mi sofá es mi único universo, y lo disfruto como mi más grande templo.
Espero no me moleste nadie, hoy para mí la soledad es sagrada.
Hoy, en camino a mi hogar, he visto un gorrión en el suelo, ha perdido la vida, ha muerto; ¡que tragedia! y, me pregunto, ¿como qué le ha pasado para estar de esta manera? le pido a Dios que lo sane o me ponga en su lugar, quizás de esta manera podría despedirme de este mundo insulso y molesto que hoy ya poco me interesa.
A veces pienso que es la edad, o simplemente que ya ha concluído mi tiempo, mis achaques o las enfermedades que siento que me consumen, pero es halago que no lo sé, así de simple es mi interrogante.
¿Para qué vivir? sí a nadie le importa, hoy mi familia me rogó para estar juntos, sabiendo que no tengo ánimos, vaya impertinencia, ¡todo puede irse al infierno!, prefiero dormir.
(Ya dormido)
-¡Hola!, ¿Quién eres?-
- Nadie en especial-
-¡No lo creo! -Respondí yo-
-¡Créelo! Jamás has de estar mejor-
- Pero si yo no te conozco-
- Claro que sí me conoces; no sé por qué hoy me niegas; últimamente me hablas y me pides estar contigo, simplemente que te lleve conmigo y hoy que estoy contigo simplemente me desconoces. Pero no te preocupes, poco a poco sabrás en completo tu nueva estancia-
-¡Claro, lo entiendo, eres el mandato de Dios!-
- Exacto; veo que consciente estás; sabes ya es el momento,¿estás preparado?-
-¡No,aún no!-
-Lo siento, como sea ya es el momento-
- ¡Espera! Aún me falta concluir tareas-
-¿Cómo?-
-Sí, la salida con mi esposa al teatro, mi pago mensual de mi última compra con la tarjeta, el cumpleaños de mi hija, mis amigos que me esperan de una u otra forma, ¡no me puedes hacer esto!-
-Lo siento, ya no hay más tiempo, recuerda que lo has pedido-
-¡No! ¡No puedes hacerme esto!-
-Claro que sí; yo no te lo estoy haciendo, tú mismo eres quien lo deseas, ya que Dios jamás ha de ser tu verdugo ni juez mientras vivas. Reconoce que tú mismo eres el actor y partícipe de lo que vives, ya que la vida es el don más grande con el que Dios te bendice, reconoce que la vida tiene etapas como la niñez, la juventud, la madurez y la más grande cual muchos no alcanzan, que es la longevidad misma que no se debe despreciar y como cualquier etapa que ha de ser disfrutada y considerar bella por la extensa experiencia que aún debes de heredar a tus amados seres que te adoran por ser único en tu familia; te comento, hoy murió una madre y su hijo dando a luz, y sabes... sólo tenía dieciocho años y todos los días pedía a Dios ver a su hijo crecer. Tú, sólo tú, hoy disfrutas de la plenitud de seguir viviendo con la dicha de conocer hasta tus nietos.
- Espera por favor-
De momento siento la mano de mi amada esposa que me despierta de este sueño que hoy me abre los ojos, comprendo y entiendo saber que hoy vivo con mis tan ganados años.
Dios nos da las etapas de la vida, y jamás nos ha de dar retos que no hemos de superar.
Soy hombre de fe, por lo cual he de estar vigente a pesar de la edad que tenga, jamás he de ser tan viejo como para poder gozar del niño que vive dentro de mi.
Marc Téllez González.
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