Tengo una ventana en mi alma,
Y una foto en mi almohada,
Tengo una mirada que te espera
Y el café de la mañana.
Tengo tu sonrisa grabada en mí
Y un sabor que sabe a ti
Tengo mil poemas sin escribir
Tengo pocas horas sin ti.
Por debajo de mi almohada
Dos pingüinos en la cama
Tengo una pequeña guitarra
Que suena descalza.
Tengo el ocaso de las palabras
Y el sabor de nuestras mañanas.
Tengo tarjetas de amor
De esas que se dan entre dos.
Tengo la certeza que es amor
Que pasará bajo la lluvia y el clamor
Tengo un suspiro para ti
Y mil lunares que duermen aquí.
Tengo un Dios que va delante de mí
Y un amor que me vuelve poesía
Tengo regalos de chocolates
Con mis estrofas en nuestros mares.
Tengo un vaso sin beber
Y mi dibujo sin tu piel
Tengo un amor que sabe a miel
Y mil sueños sin tejer.
Tengo un reloj sin batería
Y un instante en eternidad
Dos pingüinos sin final
En su prosa fidelidad.
Tengo un amor que no comparo
Y un sueño que no igualo
Tengo un amor al que quiero
Y un te amo que no comparto.