Si se reprodujeran los pensamientos en una pantalla, pudiera ver, tal vez, una serie de escenas imaginarias que he protagonizado sin saberlo. Pudiendo ser cualquiera el autor y director de dichos actos, quien según su complacencia me daría un determinado papel en su historia.
Me podría sorprender del manejo que tendrían de mi actuar en su mente. Cada director conduciendo a su antojo mi personalidad, unos para divertirse, otros por ser parte de su soñar.
Para unos sería el rodaje utópico de vivencias no vividas, para otros la comedia o tragedia de sus míseros deseos.