¡Qué coraje
que yo esté pasando por esto!
¡qué coraje!
Cuando mi silencio se resugardaba en sus ojos,
nada más me faltaba,
nada más me importaba...
y ahora estoy sóla, sin él;
¡qué coraje!
¡ay mi luna!
siento un dolor tan inmenso en el pecho
que ¡para qué te cuento!
Quisiera olvidar todo;
a veces, quisiera simplemente dormirme,
y no despertar jamás.
¡ay mi luna!
por el amor de Dios
ayúdame a olvidarlo,
quisiera por lo menos,
poder intentarlo...
mariposa, mariposita,
mi mariposa monarca;
enséname a olvidar
así como tú lo haces.
tú que vuelas de flor en flor,
y no sufres ni un instante
tú que llenas de color
toda flor y flor fragante.
¡ay mi luna!
¡quisera vomitar este dolor,
quisiera matar esta pasión,
que poco a poco se come mis entrañas
y me desarma sin piedad!
¡maldita comodidad!
maldito dolor inmenso
que se aferra a mi piel,
que me mata poco a poco,
que me asfixia una vez más.
¡ay mariposa! ¡ay lunita!
ojalá me escucharan de verdad...
ojalá existiera un deseo,
que se hiciera realidad.
Pero no se preocupen,
estoy bien,
siempre lo he estado,
siempre lo estaré
y de este dulce infierno,
ya pronto despertaré.