Astra Polux

Adiós compañera

 

¿Dónde quedó la mujer que comprendía mis silencios?
¿Que por las noches oía y consolaba mis lamentos, cuidaba mi sonrisa,
y admiraba mi emoción por cosas simples, como una hoja caída?
¿Dónde estámos?, ¿Cuándo nos perdimos?, ¿volverás a ser conmigo?

Quizás debimos correr más, del tiempo, de las responsabilidades, de la ciudad...
desee estar a segundos de tu cuerpo, deber todos los días llenarte de besos,
y en la noche por las calles salir en busca de fuentes y pedir deseos;
Quizás debimos juntas correr, de la mano y sin dejar los ojos llover...

Intenté que tu figura no se desvaneciera de mis hojas,
que en ti mis manos se marcaran con intenta indeleble, a prueba de lágrimas.
¿Le das la espalda a quien la noche pasada besos le dabas?; matas tanto cómo encantas.
En degradé veo como te desapareces, cómo si irreal fueras y solo existieras en mi mente.

Dejamos atrás los recuerdos que jamás vivimos, que no compartimos;
aquellas noches no compartidas, aquellas tardes no bailadas,
aquellas mañanas sin café, aquellos días sin risas, amor y caricias entre sábanas.
Dejamos atrás los recuerdos anhelados, recuerdos con sabor a sueños.

Quizás olvidamos cómo tratarnos, cómo acercarnos sin tocarnos...
Quizás un perdón, quizás alguna debía ceder en esta discusión sin problema.
Una maquina del tiempo que me lleve a tus brazos, quizás una venda que repare esto,
que nos diga dónde nuestro camino perdimos...

Nada queda ya; lo que jamás se rompe, jamás necesitará ser reparado,
esto nunca podría volver a ser igual, nosotras no podríamos vernos sin esto recordar...

Hace mucho que en la misma dirección, pero en caminos paralelos y lejanos;
nosotras, rotas y ahora perdidas.
Adiós compañera, adiós querida amante y poeta.