Soy el verso que nunca termina,
soy el acento que cambia el sentido,
la metáfora que se ata a la rima
y la estrofa que no ha sucumbido.
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Soy la hoja que desafía al viento
el ave que canta en pleno vuelo,
soy el minuto de último momento
que a veces sirve de consuelo.
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Soy el mango derribado a pedradas
soy el sol opacado por nubes,
soy la palabra poco pronunciada
o la débil estrella que llegó a la cumbre.
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Soy un libro a medio leer
soy el pan que se desmorona
soy la simbiosis de mañana y ayer…
Soy el agua que se asienta sola.
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Autor: Alejandro J. Díaz Valero
Maracaibo, Venezuela