Tu alma, en la tumba de piedra gris
estará a solas con sus tristes pensamientos.
Ningún ser humano te espiará
a la hora de tu secreto.
¡Permanece callada en esa soledad!
No estás completamente abandonada:
los espíritus de la muerte, en la vida, te buscan
y, en la muerte, te rodean.
Te cubrirán de sombras: ¡Permanece callada!
La noche, tan clara, se oscurecerá
y las estrellas no mirarán la tierra,
desde sus altísimos tronos en el cielo,
con su luz de esperanza para los mortales.
Pero sus globos rojos apagados,
en tu hastío, tendrán la forma
de un incendio y de una fiebre
que te poseerán para siempre.
De tu espíritu no podrás desechar las visiones,
que ahora serán como niebla.
Como se extiende sobre el firmamento
el misterio de los misterios.