La fiesta se adornó con tus encantos,
la noche se vistió con tus matices,
colores que sin ti se vieron grises,
canciones que por ti olvidaron llantos.
Tus besos fueron muchos, no sé cuántos,
del alma me borraron cicatrices,
me alejas, luego niegas lo que dices
y en ese amanecer no fuimos santos.
Bailó toda la noche y ha caído,
la fiesta sin su reina es aburrida
y falta el bailarín desconocido.
La reina de la fiesta fue vencida,
cayó el rojo satín de su vestido
y en mantas de lujuria adormecida.