Yo, con mi libreta a cuestas siempre voy,
mi lápiz es mi voz, mi confidente,
el que hace que me pare de repente
cuando algo se me ocurre. Y es que soy
del río que es mi mente un afluente.
Tomo una nota aquí y otra de frente,
otros dos pasos doy, tomo otra nota,
y en esto que mi mente se alborota
o quizá pareciera que está ausente
pues por mucho la estrujo no lo nota.
Así es mi devenir en cada tarde
que lanzo a navegar a ver si flota,
como el niño que lanza la pelota
la persigue, la coge y hace alarde
y una vez que la tiene va y la frota.
Mas no siempre he llegado hasta la meta,
que frecuente en el medio me he quedado
dejando a mi objetivo muy frustrado
y aparcado alguna otra en la cuneta,
día éste triste, aciago y despiadado.
©donaciano bueno
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