Es a veces que la vida en sí; pende de ese instante donde se encuentran y reconocen dos;... donde la sin razón para otros es la razón de ellos por saber que nacieron precisamente para aquello...
Donde arden exclusivamente uno en el otro, se queman, se consumen...
Donde los demás no saben que ellos pueden verse siempre... Aún teniendo los ojos cerrados... aún meciendo sus que haceres cotidianos...
Que viven adentro de ellos mismos, como si el cuerpo del otro fuera una noción de hogar incandescente...
.... y en ese habitar de cada uno, mutuo y sincronizado; regresan a sus circunstancias con la celeridad de cada segundo, con la fragilidad de un suspiro, con más fé todavia en ellos mismos y en el uno mismo delirante que son...
¡En el flagor de su corazón habita la llama que se aviva por su causa!... duermen en él; cielo con cielo... pués es suspiro y calma aquello que provoca saber, que también con paz descansan en el interior de su alma...
-¿Donde acaba entonces amor tu cuerpo?...
-¿O donde comienza prendido el mio?...
cuando solo veo que entre tú y yo se dá que no hay límites... que sólo es una diminuta distancia... pués somos amor, riberas de un mismo río...
-Porque allá donde se juntan nuestras almas el espacio que las fusiona es sembrado con el destino,
-¡Y es que no hay nada más terco que un par de amantes!... y menos aún que este par de amores...
QUE SON EL TUYO Y EL MIO...
SSM.09-12-2015