Me gusta de esta Navidad,
poder comer caviar y cava hasta las doce
y también los macarrones que sobraron anoche.
Me gustan las muñecas de Gaza,
que lloran sin necesidad de apretarles los brazos
y me gustan los brazos, de los muñecos sin manos.
Me gustan los regalos,
pero me enamora la alegría de los regalos baratos,
me gusta la felicidad del que quiera o pueda
y estoy con la tristeza de siempre, de aquellas personas tristes por naturaleza.
Me gusta de estas Navidades aquel que canta
y también aquel que llora por nada.
Me gusta la Barbie, pero prefiero la muñeca Pepona con barba.
Me gustan los árboles de plástico, los buenos dejarlos en el campo.
Me gustan cuando regalan trenes, pero yo prefiero el de la bruja.
Me gustan cuando regalan patines,
cuando solo tienes un pie que encaje,
me gusta la Navidad desnuda y pobre que se deshace entre las manos.
Me gustan los belenes con barro, estiércol y lleno de animales,
menos, aquellos que huelen a Chanel número cuatro.
Y es que la realidad no es un cuento,
lo real es enterrar a los muertos,
y vivir hasta que quede aliento.
Me gusta mi Navidad.