Adela Nieves

El Café

Estaba sentada en el mismo lugar de siempre, tomando lo de todos los días, vestida como si recién me levantara y despeinada para variar, ya todos me conocían por mi aspecto en esa cafetería, el mozo se alegraba al verme por que le dejaba propina y apenas me veía ya sabía lo que pediría, era un tipo un poco raro con apariencia de intelectual reprimido, pero no podía negar que preparaba un estupendo café expreso, todo iba como siempre hasta que él me pregunto qué porque no me peinaba era una pregunta rara proviniendo de él pero muy común para mí, lo que hice fue sonreírle y decirle que ese era mi estilo de ir contra las reglas sociales y conformistas, el también sonrió y me pidió que le disculpara por ser entrometido, y me pregunto porque iba a la cafetería todos los días, le dije que me parecía muy curioso que después de tanto tiempo de servirme los café recién me preguntara eso, creo que hice que se sonroje un poco, quizás eso le sonó un poco atrevido, el solo me respondió que recién se atrevía a preguntármelo, y me dijo que si podía acompañarme a mi casa por que ya iba a cambiar de turno, cuando me lanzo esa pregunta lo mire atentamente y me pareció atractivo así que acepte que me acompañara, le respondía - claro me puedes acompañar pero yo no sé tu nombre y tú no sabes el mío -  lo dije tan pícaramente que no sé que pudo a ver pensado en ese momento, él me dijo que se llamaba Eu y le dije que Ginger era mi nombre, tuvimos una conversación muy amena , él era muy gracioso y divertido llegamos a mi casa y al despedirme casi me besa de casualidad, me hice a un lado y lo mire fijamente, Eu bajo la mirada muy apenado por la situación, yo tan solo sonreí y le dije que sería mejor un intento romántico, abrí la puerta y entre a mi casa, desde ahí lo observe por la ventana, aún estaba parado al frente de mi puerta al parecer no esperaba esa reacción, luego sacudió su cabeza y mirando al suelo lanzo una sonrisa, metió sus manos a sus bolsillos, saco una pequeña libreta y un lapicero, escribió algo rompió la hoja y lo metió debajo de mi puerta, después se marchó, lo seguí viendo hasta donde mi mirada llegaba a través de la ventana, corriendo fui a ver que decía esa notita, cuando lo leí por mi cuerpo paso una fuerte corriente de emoción, decía – te dejo un beso en el pensamiento, un abrazo a la distancia y una caricia perdida en el susurro del viento, y una promesa pendiente que te he de ver de sorpresa en una noche fría para que mis brazos sean tu abrigo- me quede atónita, pero una sonrisa reluciente era la que tenía, me encontraba muy emocionada, quería que pasaran las horas rápidas para poder volver a verlo, aunque estaba vez no sabía como ir vestida, en ese momento entendí todo, el porque la gente que tiene ilusiones amorosas desean verse bien, me quede muy quieta pensando, y dije para mis adentros que no seré así, iré vestida como siempre, con mi estilo de pantalón jeam apegados, polo suelto, mi pulsera de la suerte, zapatillas y mi cabello suelto alborotado por el viento, mientras elegía que ropa ponerme vi en mi closet y encontré mi ropa de antes: faldas, blusas, pantalones formales, sacos, vestidos, tacos, y un joyero lleno de collares, aretes, pulseras; por un momento recordé mi antigua vida llena de lujos y me mire al espejo y me di cuenta del gran cambio que había tenido, busque entre mi mente a todos mis amigos y se vino la imagen de Eu lo cual lo creía casi imposible, pero me quede con ese pensamiento y vi que a Eu nunca le preste atención por más que siempre él me servía el café, esa tarde que lo observe me pareció muy agradable vestido con su pantalón jeam, su camisa roja con el logo de la cafetería y su gorra, y cuando lo espere sentada terminando mi café más largo, y me toco el hombro y sonriente me dijo ya nos podemos ir, cuando lo vi me causo otra impresión, vestían un jeam, un polo blanco y una camisa a cuadros rojo con negro el cual llevaba abierto, su cabello muy bien ordenado y con una sonrisa muy bella, por mi mente paso que después de a ver pasado un año desde que me mude a ese lugar nunca le hubiera prestado atención y así empecé otra historia, otro camino un camino compartido.

Después de un año de mi encuentro con Eu todo mi vida cambio, aún sigo teniendo el cabello alborotado y puedo decir que las cosas han cambiado para bien, aunque él aun me sigue preparando el café con la diferencia que ahora lo tomamos los dos juntos sentados en la cocina de nuestra casa, la cual visitamos una vez por semana, vivimos algo apresurados, siempre viajamos como unos locos por todos los lugares que podamos, vivimos cada segundo juntos; y pensar que si él nunca me hubiera hablado aun seguiría sentada en el mismo lugar esperando mi café, creo q somos felices a nuestro modo y lo seguiremos siendo por muchos años más……

Pandora*