Hace tiempo que mi unicornio pasta en el páramo,
no entiendo de dónde le ha salido este exótico capricho …
Hace tiempo que el cóncavo reflejo del desdén
pinta en mi paleta tiaras negras,
y que en las densas noches
las musas se han ido de burdel con las cigarras…
Mientras tanto yo,
solo un espasmo urgiendo algún tipo de levedad.
Los pulsos sin torrentes y los ecos sordos de mi propia voz.
y tú -y yo- y tú otra vez, perdidos,
anclados al borde de la cuerda,
como el suicida aquel que duda
al son del baile de un rezo a medias que lo salve…
¡Y cómo no embrujarse con ese balanceo del vértigo,
esa melodía en anacrusa de la aniquilación.
Promesa de absoluto irrevocable,
elixir del último mordisco,
jalea espesa que embadurna estos huesos cansados,
ya casi flotantes .
Saltemos pues,
deshojemos el firmamento
en esta dulce muerte.
Gallicida
¿Qué es la muerte?
¿Es nacer de nuevo?
Soy respuestas a modo de preguntas,
soy preguntas a modo de respuestas.
Más allá de nada,
más nosotros dos,
solo dos,
divagando horizontes.
¿Qué regalarte?
¿Mi muerte que es vida?
¿O mi vida que es muerte?
¿Qué regalarte?
¿Mi muerte que es llanto?
¿O mi llanto que es vida?
Solo será parte de mí
-este infinito-
infinito que recorre mi finitud
de versos e interrogantes.
Mi interrogación de respuestas
que evaden, que indagan, que no saben.
Con el firmamento pintado,
descansará la paleta,
en la tristeza, del deber cumplido.
Los espasmos acometerán
con fuerza de tornados;
la pequeña muerte
que es el amor,
al sentir de los sabios.
Monique