Cuenta el manglar de la gloriosa ciudad
De la espumosa utopía vacacional,
Del estado tenaz lustroso fanal,
El bendito amor por la mediocridad.
Cantan las calles de la gloriosa ciudad
Del exhaustivo esfuerzo presidencial,
Por un estado insomne al sueño parcial,
De agentes envueltos en perversidad
Cuentan los rostros de la gloriosa ciudad
De la implacable lucha por la justicia,
De jueces amantes de la inmundicia
Y fieles de cama con la impunidad.
Habla la fémina sangre derramada
De una pobre justicia amordazada.