Va en contra de mi recato al aceptarlo,
y no obstante, falta no hace que dios me lo demande:
para que tu y yo aprendamos a amarnos y a no dudarlo;
Tal rabia en lo corazones, que infamia inane.
Espera a que la luna se alce,
apuesto que tus ocelos se arden
cuando vedes que son reales tus pesares.
*
Y lo mismo que una larva,
haz de tragarte de una roza
el orgullo, la beldad y la belleza,
su divinidad, finura y delicadeza.
*
Querida, yo quiero ver que hay un cielo azul
aunque mis ojos lo vean atraves de un tul,
y solo vil una luz;
Asi sé que me llamas tu.
Al perfumar la flor azul
y difuminar a lo que llamas tu
un escultural abedul.