Era un invierno mas frío que el frío,
era un verano tan agobiante y pesado,
ni el otoño, ni la primavera o el camino
mas certero podían conducirte a mi lado.
Me protegí contra las nevadas históricas,
estuve fresco cuando la temperatura subía,
con la flor de ocre conduje mi suave retórica,
así fue como te encontré mientras tu vida vivías.
Al principio fue un desencuentro nuestro encuentro,
no nos poníamos de acuerdo en aquello que nos hacía,
finalmente hiciste con este lío el mayor de los epicentros,
ordenamos semejante caos en cinco minutos de pura osadía.
Me mantuve despierto día y noche para construirte este sino,
fue el mayor logro desde que Dios puso a la mujer de ntro lado,
ahora este será el paraíso, lugar de festividad y de muy buen vino
donde dos criaturas divinas tejerán el milagro de un nuevo ser amado.