¡Hola Señor Miedo! ¿Dime quien eres?
¿Una sensación indescriptible que disgusta?
Ante un suceso inesperado eres un desconocido,
hormigueo extraño que por el cuerpo es sentido,
alterando el águila, pensamiento que me asusta,
aún no quiero marcharme, ¡hay trabajo por hacer!
¿Porque te asomas ahora Señor Miedo?
¿Y cuantas veces tus fauces me has mostrado?
viendo el devenir, días de mi vida que se acortan,
y que al galopado tiempo andado, reconfortan,
desde aquellas etapas bien vividas del pasado,
¿Acaso crees suficiente ya el mandado?
¿Que me haces Señor Miedo?
Siento un frió recorrer por mi fatigada contextura,
pies que se hacen lentos, tobillos que se hinchan,
aguijones de espalda, pares sigilosos marchan,
sospechando el destino final de su amargura,
y vienes ahora amenazándome con premura.
¡Vete ya visitante sin tiempo! No te quiero.
¡Suplico no me espantes! ¡No sois bienvenido!
Pues miedo y calma en instantes se acarician,
y ... mi respirar mejora y... ¡la esperanza vuelve!
la reina negra de la noche, de visita ya no llega,
¡Me absuelve! y prefiero escribirte en medianoche,
letras que ajustician mis penitentes pensamientos,
y hasta el nuevo amanecer del buen Señor agradecida.
¡Te vas yendo! ¡tú ya no llegarás Señor Miedo!
¡Una vez más te he vencido!... ¡vete ya!
Que en mi agonizar, te ordeno que aquí no vuelvas,
porque nunca en la víspera, mortal ninguno jamás muere,
!Y tú¡ ni en mi soledad, ni en mi propia guerra me ametrallas,
¡Porque viviré! ¡contigo o sin ti! valiente en mis murallas,
y cuando el tiempo de marchar llegue...
habré de disfrutar mi renacer de gloria en las estrellas.
Raquelinamor
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001/22092015