No dejé de verla, no pude
el flirteo recorre mis venas
esa sangre llena de pavor y erotismo
la belleza de la mujer,
la única conjetura de todos mis avatares
en ella, sólo en ella,
están recluidos mis deseos
por una camorra de besos
y un destello de suspiros caprichosos
la contienda que todos queremos...
cuando tus ojos no son tus ojos...