-Que aburrimiento.- dice el dios bostezando.
-Como podría hacer mas interesante la existencia de los hombres.- se cuestiona mientras se rasca la cabeza.
-podrías hacerlos mortales.- murmura una vos.
-Y tu quien eres.- cuestiona la divinidad.
-Un fragmento de ti, la parte creativa.- se escucha el susurro que oculta la malicias de quien lo dice, y a la par de esto emerge de la espalda del dios un segundo ente. Físicamente parecido pero en actitud muy diferente, prácticamente opuestos.
- podríamos hacer que justifique su existencia en la tierra, que su tiempo sea limitado. –Pronuncia, con una sonrisa malvada.
- muy bien acepto. Y el segundo dios lo rodea rápidamente dirigiendo su mirada hacia el y extendiendo el brazo para sellar el trato el primer dios lo interrumpe.
- pero a cambio nuevas vidas nacerán y al igual que las primeras tendrán que justificar su existencia.- Con unos rápidos reflejos toma la mano de su contra parte y este empieza a adelgazar a la par el primer dios dice.
- tu apariencia será tan horrible como tu aura y como las muerte que des y lo único que será parecido entre los dos será la inteligencia.
Dejando solo un esqueleto y a sus pies unos cabellos negros y tan largos que se podrían usar como hilos. El dios los toma y al levantarlos se trasforman en una túnica obscura.
-Esto cera lo único que te cubra tu apariencia será tan horrible como grande será el miedo de los humanos a la muerte y que esto les sirva de inspiración y para convertirse en leyendas. Eso que proporciones será tu nombre, muerte.