Te soñé sin verte,
y del sueño al recuerdo,
Empecé a buscarte...
Al verte mi alma sonrió,
y mi corazón se consagro a tu amor,
mis ojos materializarón,
Tu imagen en mi mente.
Te vi,
sin saber que tu voz,
y con tu hola,
te arraigarías en este necio corazón;
mis lunas bajo este cielo,
brillan con tu recuerdo.
Su luz distante,
me recuerda tu nombre,
en la que se inspiran estas letras,
que corren en mis venas.
Recuerdo tu cuerpo,
y en mi delirio,
la represento con mi guitarra,
que al igual que usted,
han arrancado notas de mi alma,
para escribirle,
y decirle en sonidos distantes,
que la amo.
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Pablo Gómez