LA PULGA QUEMADA
Recuerdo una oportunidad
era yo pequeño
y había pasado frente a un burdel
tal vez porque aún no entendía muchas cosas
cuando vi a dos mujeres discutiendo
y se decían cosas que no entendía
y una tercera parcializada con una de las dos
le dijo como consejo:
Yo llegué a la casa y vi una situación parecida, porque en ese momento parecía que mi mama estaba en una discusión con la vecina Sra. Julia, e yo desde la ventana le grité a la vecina con mi voz muy infantil: “Pulga quemada”
Solo después de unos cuantos años, es que entendí el motivo por el cual había recibido un castigo, por haber llamado de pulga quemada a la vecina, es que no era realmente una pulga quemada.