Araceli Vellber

De los versos tristes en un mes de Febrero.

Entiendo la necesidad de amar y ser amada

la misma que necesito para respirar, sin mirarte a la cara,  

y un beso no es nada

y para mi supone estar soñando una semana

ser la dueña de la tierra, sin tener casa

y tú, te vas y yo me quedo con tu mirada

y atada a tu sonrisa,

con mi cuerpo abierto y desnudo hasta que tu decidas

a qué hora nos vamos a la cama.

Pretendo ser la dueña de mi alma

cuando mi pacto clandestino fue de madrugada,

y Cenicienta, se quedó sin zapatos, ni carroza para volver a casa.

Pretendo tener mi corazón a salvo de amenazas,

pero la debilidad de tu voz pausada, devora mis entrañas

y me vuelvo fiera, para devorar tu alma.

Y yo me quedo, esperando que el calendario se ponga a cero,

quiero contar cada segundo que te quiero,

cada minuto que te beso,

cada hora que tenemos sexo,

cada año bisiesto, y encima siempre en febrero.

Sabes que Febrero, no me gusta, en el muero

y tú alargas la conservación durante el invierno,

esperando que llegue febrero

y encontrarme con mis defensas, bajo el hielo

y salir del letargo de los besos muertos.

Febrero, es tan corto, que aún, tengo tiempo para decirte que te quiero.