Es el proletariado Esclavo sin querer,
Grande su padecer Vivir enajenado;
Con fuerza lo esclaviza Su gran necesidad;
Renuncia a su verdad, Se vuelve alma sumisa;
Su amo: dos manecillas O el frío checador,
Transportes que a vapor Lo llevan en gabillas;
Ocho horas de trabajo Y seis para llegar;
Una para intentar Comer o echar relajo;
Llega el “chivo” ganado, Tanto debe pagar
Más, no puede estirar, Mejor pide prestado;
Viene la esclavitud El pagar lo pedido,
Verse muy disminuido De fuerza y de salud;
Pero si es obligado A vil explotación,
De infame corrupción Será peor su estado;
Pues a más de humillado, Se le quita el dinero,
Vive en lugar austero Y sin ningún cuidado;
Cuál es el fiero error: El pobre haber nacido;
Estar desprotegido, El crecer sin amor;
Eres ser poderoso Cacique del ayer,
Un despiadado ser: Abusivo, ambicioso…