Voló en la tarde ciega
el que moría entre sueños
quiso el destino que viera
que el mundo no tiene dueño
Subió hasta las estrellas
hasta atravesó los mares
y vio a una princesa bella
que le arrojaba mil flores
Vio a Dios en su morada
el demonio lo esperaba
todo lo vio de pasada
pues el sueño no paraba
Y se despertó sudando
agarrado a las almohada
creía que estaba nadando
y a ella se agarraba