Son las nueve en punto, y[...] el sol se está encogiendo de a poco...,
hasta ser un extenso punto
devorando la nitidez de la energía
en un deceso del movimiento,
despertando a los muertos en el brillo agonizante de los techos...,
donde las sombras tocan tierra
desgarrando las huellas frágiles del tiempo...,
que tímidamente florecen viajes en el universo
cuando ya el silencio es una constante de los sueños
que duermen en una variable a través de los muertos
de una aceleración pusilánime del pecho
comprimiendo el vacío del luto
en una necesidad secreta en los albores del nacimiento...
Cuando sensible-mente se puede visualizar una luz al final del hermetismo
quebrando los ojos deprimidos y cuadrados
-una rutina de vértices cínicos y ángulos perfectos-
donde el sol coágula el frío en la sangre estancada y pódrida...,
donde una vez más me miró las manos
oprimiendo mis ojos ante ese sueño perdido en el cielo
donde alguna vez estuve de pie
en los ojos de la noche, apedreado en los vestigios de mis ruinas
mis huellas tropezadas en el camino
tirado en la síntesis de mi ciclo,
y de pie -caminé sobre el mar-
caminé mirándote el alma
desglosar la gravedad
hasta tomar mi voz
creando
los sonidos de las rocas atravesando el palpitar de las lágrimas/