Quiero abrazarte y sentir
a tu corazón agitando sus latidos
como una mariposa
atrapada en una burbuja de
cristal.
Quieros sentir tu aliento
revoloteando en mis
sentidos, que se enreden
en tus besos, que se atrapen
con tu tierna timidez al dar
un sí como último refugio
a la insistencia.
Quiero susurrarte que
no tengo mundo si
dices no a mi
refugio.
Quiero sentir el calor
de tu presencia cuando
fugaz raudamente
por auroras de las dudas.
Quiero que seas mi eternidad
quiero tenerte ahora, hasta
el ocaso de este día
hasta el cierre de esta
luz que me da vida.
Quiero apretar tu pecho
junto al mío e imaginar
que el respiro y el latido
son dos crizálidas febles
que revolotean por besarse.