Hoy mi lápiz expresa lo que mi boca
no supo decir en su momento.
Aquel día que tú por mi lloraste.
Al recordarlo mis ojos lloran con dolor,
mi corazón llora con amor.
Fuí tonta, no supe valorar lo que tenía,
y por ello ahora entiendo porque me ignoras,
porque no me hablas,
porque haces como si yo no existiese.
Me merezco ese castigo,
merezco que dure años,
para así poder pagar por todo aquel daño.
Porque aunque quiera no consigo olvidarlo,
auquel deslumbramiento,
aquella gloria del primer momento,
al ver tus ojos por primera vez.
Y sé que, aunque quisiera
no he de volverte a ver de esa manera,
como aquel instante de embriaguez,
y siento celos al pensar que un día,
alguién, que no te ha visto todavía,
verá tus ojos por primera vez.