Encantada
Trae el Austro insinuante, el primaveral aroma
sus caricias fragantes , suavemente asoma .
Gimen los sauces llorosos, sus perennes angustias
dejando entre las juncias, sus jadeos nemorosos.
Plenan los verdores, del aposento follaje
bordeando los redores, del espeso boscaje.
Rojas rosas, blancas, amarillas, se elevan cantarinas
haciendo el cortejo, clivias, solandras y sabinas.
Rutilan luciérnagas, cual áureas lunillas
semejan latentes, inquietas avecillas.
Ninfa solitaria, encantada ondina
habitante de las surgientes, de aguas cristalinas
musa pasionaria, cuando el Sol declina
en noches alunadas, envuelta en nubes leves
encantas a los mortales y con tus cantos los conmueves .
Vuelve a mi en los soñares, plenando de mariposas
mis sueños crepusculares, y con tus albas manos roza
mi rostro en tus andares, cuando cercana te posas.
Acércame con certeros pasos, alejame de la errancia
de andar por senderos falsos, acortame la distancia,
muéstrame con certeza, el camino de sus huellas
que mi pecho de amor centella, anhelando su tibieza.
No sé porque si abundan, los amores perdidos
no consigo de forma alguna, al tuyo darle olvido
y como raíz profunda, en mi alma se ha metido
sorbiendo toda mi savia, sin fuerzas me hallo rendido.
Acude ondina encantada , revive en mi la constancia
despierta el amor y sus ansias, deja que el querer la invada
cúbrela con tu manto de hada, aleja de si lo esquiva,
regrésala de la nada, vuelvela mi fiel cautiva.