Ya ha pasado un año
en el que te has ido de este mundo,
mi querido hermano del alma.
Nuestra madre parió
a nosotros, cinco hermanos.
Tú has sido el que ha dejado
de estar en la tierra que Dios creó.
Tú fuiste el tercero en nacer.
Tú has sido el tercero en partir,
hacia LA OTRA VIDA...
De los tres hermanos que he tenido,
tú te has ido a entregarte
a los brazos del Señor,
REY DE LOS CIELOS.
Solamente quedamos nuestra hermana Marta y yo.
Allá, en Carlos Pellegrini de Santa Fe,
fuiste a jugar un partido de básquet
con tus compañeros de equipo
del Club Gimnasia y Esgrima
de nuestra ciudad natal, Santa Fe.
Te quedaste radicado allí,
en Carlos Pellegrini,
desde hace varias décadas...
Porque allí te enamoraste
de la mujer de tu vida,
nuestra cuñada, Marta.
Tuvieron dos hijos,
Claudio y Leandro.
Trabajaste... en todo lo que pudiste.
Para alimentar y vestir a tu familia.
Tu esposa te ha ayudado
toda la vida, porque también trabajaba,
hasta hace poco tiempo.
Siempre he quedado sorprendido
e impactado por el gran amor
que todos en el pueblo
te han ofrendado,
porque siempre has sido un hombre leal
y amante de la buena amistad.
Hasta los perros
te saludaban al pasar tú
delante de ellos.
¡Cómo dejarían de quererte,
por ser como eras!
Buen jugador de básquet,
buen padre, buen esposo...
BUEN AMIGO.
Tú y tu esposa se amaron
hasta el momento
de tu último suspiro de vida.
La muerte llegó a buscarte,
hace exactamente un año,
querido hermano.
Tu esposa me ha entregado
unas bellas prendas,
las cuales te pertenecían,
y yo ya he comenzado a usarlas...
Estas prendas, representan
para mí, como si estuviese
junto a ti, querido hermano ausente...
Pero nunca has de dejar de existir
en el corazón de los que siempre
te hemos amado...
Tus hermanos que aún seguimos con vida,
tu esposa, tus hijos, tus nueras,
Analía y Sandra, tus nietos, Thiago y Mirko,
hijos de Claudio,
dos españolitos hermosos,
y la gran cantidad de decenas de amigos
que has tenido en tu vida,
por ser, como eras...
Tu personalidad, tu simpatía, tu histrionismo...
es el motivo por el cual
nunca, nunca, hemos dejar
de seguir teniéndote en nuestro corazón...
¡Hasta nuestro próximo encuentro,
hermano, sangre de mi sangre...
allá, en el Cielo, abrazando
al Creador...!
Hugo Emilio Ocanto
14/12/2015