Que repiquen las campanas de la catedral
que vamos a renovar los votos de
matrimonio que veinticinco años
hace ya. Es un orgullo y un honor
muy grande poder con el entrar
y cogiditos de la mano ir a comulgar.
Siempre con el alma blanca !claro esta!
Que alegría se siente y felicidad. Estar en
paz con Dios es lo mejor que te puede pasar