Cuando no hay matices que nos indiquen
La alegre llegada o la triste partida
Si nos arruinamos la mañana o la noche
Si echamos a perder la vida misma
Con mirarnos las muñecas
Y perdernos en tal ironía
La alegría constaría en perdernos
Hasta buscar la ayuda para ubicarnos
En la rutina
Si ya llego la caducidad
De las temporadas en que el cuerpo
De presencia se desbordaba
Y a pesar de la continua presencia
De Cronos como aguafiestas
Que la paciencia nos agota
Nunca llegamos a pensar
Si el reloj se equivoca