Te miro, mientras te desvistes de tu piel
y dejas al descubierto tu alma,
nunca tuvimos pudor en enseñar nuestros cuerpos desnudos.
y siempre dejábamos la ropa guardada.
Mientras tanto yo, viendo desprenderse poco a poco tu cuerpo
imagino que no hay vida más allá de tus pupilas
y sigues siendo la princesa del cuento,
y del reino, si existieran las coronas,
y también, aquella estrella lejana, que me impide conciliar el sueño.
Tienes la sonrisa más bonita que refleja mi espejo
y mi espejo, te llena todas las mañanas de besos,
sin embargo, me dejas otra vez el espejo sólo para mí
y otra vez tengo que empezar a vivir de sus reflejos,
como si no tuviera bastante con recordar mis sueños.
Miro el espejo, por si hubiera algo detrás, después de tantos años
si el olvido, no se acordó de guardar todos los besos,
recorro su cristal palmo a palmo, como si fuera tu cuerpo,
me abrazo a él, hasta que hago pedazos los sueños
y los recojo, con mi cuerpo de fantasma, que no refleja mi espejo.
Tú que aspiras a recibir los besos más dulces que puedas imaginar en mi espejo,
sin embargo recibes mi amargura de su reflejo,
te podría decir que mi espejo refleja mis daños
y yo intentando ser el amante perfecto, que no se refleja en el espejo
y tú, con tu mirada me devuelves, un no quiero por el momento.