Tú, escondido bajo mis sábanas, oculto en las sombras de la terraza,
vienes a mi dirección dispuesto a abrazarme con tus mares,
cuando dibujo sola tu figura sobre la luna que besa tu silueta.
Añoro lo irreal de tus pasiones bajo el pleno sol,
cuando camino despierta en las montañas de tu estrechez,
cuando resbalo sobre tus arenas movedizas que invaden la certeza de este amor.
Poesía que aspira el aire de tu piel y que atrapa sublime mis deseos,
amando los motivos de tu silencio.
Tantos senderos contigo,
cuando en la noche bajo la oscuridad caían tus ríos sobre mi piel,
cuando deslizabas tus líneas sobre mis mejillas.
Tú, que haces vulnerables mis latidos, haces real lo irreal,
haces canciones y poemas de mi, sola cuando tus ojos pasean por mis recuerdos,
cuando absorta me dejan tus suspiros.
Son dos almas que se abren como violetas en el viento
no me rindo a este amor que pinta un arcoiris en nuestras tristezas.
Y que al llegar a la orilla se inclina descalzo hasta tu puerta.
Porque evaporas mi mirada junto a la tuya, cuando de a poco seduces mi piel en tu palacio.
Porque caes y te levantas, queriéndome.
Porque la poesía de mis manos y el hilo de mi piel te elige a ti entre un millón de mis soledades.
La educación de tus locuras, enloquece mi cintura,
no he perdido tiempo, no se ha perdido espacio, no se perdió algún viaje, ni terreno poco tocable.
Un torbellino de sensaciones dentro de mi estremecen tus latidos,
sensaciones encontradas. Suspiras...suspiro, me besas...te beso.
Te hablo al oído cuando mi palpito encuentra el tuyo.
Cuando me convences de hacerme tu esposa...
cuando suspiro lentamente por tus besos...
Cuando mojas mi desierto y haces esto mi historia...
Me convenciste de ser tu esposa y ahora las mariposas vuelan al amanecer.