Los graznidos de los alcatraces
convirtieronsé en lamentos,
golpeando fuerte sus alas
en el buque del silencio.
El mar, con sus disfraces,
sus azules aguas cambia...
tornándose en purpurinas
por el reflejo del rey astro,
qué en ocaso, fuego prendiera…
Tendrá una faena candente
de pasión con la luna.
Las olas embravecidas
forman espuma escarchada,
pues ellas están celosas
del coloquio con la luna.
El cielo tira lagrimones
para apagar voraz incendio…
Es que la luna se excita
viendo al sol en su apogeo…
y es que el sol es puro fuego
y la luna ternura en calma...
pero nadie se le resiste
a semejante coqueteo…
¡Es que coqueta es la luna!
y deja al sol iniciado
luego no quiere nada
y se escuda en su lucero.
Felina